miércoles, 9 de septiembre de 2009

¿IMITADORES DEL SEÑOR?


Hace poco conversé con una jovencita “cristiana” que me dijo que su mayor aspiración era ser como Paris Hilton (qué ejemplo). Le pregunté, ¿Estarías dispuesta a morir por causa de Jesús y su obra? Y la joven me respondió (creo que lo hizo pensando que era lo que yo quería oír) ¡Claro, que estoy dispuesta a morir por mi Señor! Entonces le pregunté: ¿Estarías dispuesta a vivir por el Señor? Y ella no supo contestar.
Como autómatas respondemos cosas que otros quieren oír, o simplemente para quedar bien. Pienso que en la época de los mártires mucha gente murió por causa de Jesús y hoy día en los sitios donde está prohibido el evangelio es loable la gente que pone en riesgo su vida por causa del evangelio del Señor. Pero, donde hay libertad, es fácil decir: ¡Estoy dispuesto a morir por Jesús! Pero en estos sitios es mucho más loable y difícil decir ¡Estoy dispuesto a vivir por y como Jesús!
En la carta de Pablo a los Efesios en la Biblia nos dice: “Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados” pero yo me pregunto: ¿Por qué nos parecemos tanto al mundo? Él también nos dice: Bienaventurado los pobres, los que sufren… pero pedimos por más prosperidad económica y por menos dolor… ¿qué pasa con aquellos grupos que fomentan estas cosas? Acaso no leen las Escrituras.
Alguien me dijo también que no era fácil imitar a Jesús o lo que es lo mismo, ser un buen cristiano, porque estamos rodeados de maldad y el ambiente nos obliga a ser como somos. Yo me pregunto: ¿Acaso, Jesús no se la pasó rodeado de ladrones, prostitutas, mentirosos, arrogantes? Y ¿Cómo fue su actitud? Él no se contaminó con el mundo, al contrario, impactaba al mundo donde estaba por ser completamente diferente a ellos.
Ante las circunstancias de la vida, qué cosa aflora de nosotros, ¿La actitud de Jesús? O ¿La del mundo? ¿Aflora en nosotros el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, templanza, mansedumbre, dominio propio? A veces me avergüenzo cuando como “cristianos” reaccionamos tal como lo haría alguien que no conoce de Dios. Y lo que es peor, cuando lo hacemos lo contrario que haría un cristiano, siempre hay una excusa o razón “de peso” para haberlo hecho.
Me pregunto, si Jesús en persona nos pasara por un lado ¿Lo reconoceríamos? ¿Sería Jesús aceptado como miembro de nuestras iglesias de hoy? Tal vez algún ujier le llame la atención porque sus pies tal vez manchen la alfombra del templo. En qué pensamos cuando en nuestras iglesias hay tanta ley de hombres y hemos dejado de lado la Palabra de Dios. “Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios” (Efesios 5:1-2)
Recordemos a los creyentes de Tesalónica: “Ustedes se hicieron imitadores nuestros y del Señor cuando, a pesar de mucho sufrimiento, recibieron el mensaje con la alegría que infunde el Espíritu Santo. De esta manera se constituyeron en ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya” (1 Tesalonicenses 1:6-7) que nuestro ejemplo sea digno de seguir porque a quien seguimos es a Jesús. ¿A quién estamos imitando, a Jesús o a algún artista famoso?

Oración: Señor permíteme siempre ser un imitador de ti, porque si alguien decide imitarme pueda seguir un buen ejemplo… no permitas que me olvide ni me aparte de ti jamás. Que aborrezca lo que tu aborreces y ame lo que tu amas… que donde me pare la gente no me vea a mi sino a ti mismo a través de mi… que siempre refleje tu presencia y tu carácter. Amén

Experimentando a Dios en mi vida: He visto muchas cosas en las iglesias que estoy seguro que el Señor tomaría nuevamente su látigo (como lo hizo con los mercaderes) y comenzaría a voltear mesas y a regañarnos por lo que estamos haciendo en ellas. Mucha gente dice conocer a Jesús (el diablo también lo conoce) pero me pregunto ¿Nos conocerá Jesús a nosotros? Recuerdo el pasaje donde Jesús dirá “nunca los conocí” no dice Uds. me conocieron sino “no los conocí” tal vez muchas iglesias reflejan lo que reflejan porque están llenas de personas que Jesús no conoce, porque aquel que conozca Jesús será diferente, “por sus frutos los conoceréis”. Examinémonos y veamos si Jesús nos conoce. GRACIAS POR SER COMO ERES Y POR HABER IMPACTADO MI VIDA… TE AMO!!!