viernes, 17 de julio de 2009

CUIDADO CON EL ENOJO (PARTE II)

Recientemente caminaba por una avenida de la ciudad y me sorprendió mucho una escena que vi, un choque entre dos carros en una esquina. Un hombre había golpeado el carro de una señora con su carro (fue culpa de él) y este hombre se bajó de su carro, tomó una piedra del suelo y la arrojó al parabrisas del carro de la mujer, luego se montó en su carro y se fue velozmente del sitio del accidente. ¿Qué hizo que este hombre reaccionara así? El enojo, la rabia o cualquier cosa que estuviera pasando por la mente de este hombre es un misterio para mí. Pero, tal vez este hombre desató toda una carga de frustración y miedo en ese instante y la que sufrió las consecuencias fue esta pobre señora.
Como ya conté en la entrada pasada de este blog, hoy quiero hablarles sobre “Siete pasos para librarse del enojo”, también quiero aprovechar que esto lo aprendí del discipulado escrito por Gary Smiley llamado “Amémonos Siempre”.

1. Defina la ofensa. Considere esto ¿No están acaso casi todas sus acciones motivadas por el deseo de ganancia o el temor de la pérdida, o una combinación de los dos? Esas esperanzas y esos temores (expectativas y pérdidas) pueden disparar el enojo. Nos enojamos porque alguien (quizás nuestro propio yo insuficiente y moral) nos está quitando algo que no queremos perder, o se nos niega algo que queremos conseguir. Le echamos la culpa a algo o a alguien por una pérdida, quizás incluso la pérdida de un sueño incumplido o la pérdida de la paz mental. El primer paso es analizar y definir lo que sucedió, lo que en realidad perdió o se le negó.


2. Permítase experimentar el dolor. Usted ha identificado y anotado lo que sucedió en la ofensa. Ahora acepte que su dolor, su sentido de pérdida, es real; esa persona, su cónyuge, su jefe, su amigo, su padre o su madre, o quizás usted mismo le quitó algo o le negó algo. ¡No subestime esto! La persona no lo trató a usted con respeto. Diga las palabras: “¡Usted me ofendió!”. Usted está enojado, de modo que considérelo de un modo realista. No solo es bueno dejar aflorar el dolor de la pérdida, sea lo que sea, por un espacio de tiempo, sino el dolor también es esencial para su recuperación.


3. Trate de comprender a quien lo ofendió. Esto puede parecer imposible y sus beneficios pueden parecer incomprensibles. Puede llevar tiempo, pero tan pronto como usted pueda hacerlo le aseguro que eso acelera su liberación. Parte del proceso sanador de este paso es precisamente intentarlo. Cuando usted procura comprender a la persona y el motivo para haber cometido la ofensa, pone en movimiento un proceso: Quizá vea que su ofensor actuó debido a que él mismo se sintió ofendido.


4. Libere a quien lo ofendió. Al enfrentar el enojo, este paso consiste en abandonar el deseo de venganza, liberando a quien lo ofendió de su deseo de saldar cuentas. A veces ese paso se da “de forma natural” una vez que usted ha comprendido algunos de los motivos de la conducta ofensiva hacia usted. Liberar a quien lo ofendió puede vaciar varias onzas de resentimiento de inmediato y por lo general implica aprender a perdonar. Perdonar a alguien por algunas ofensas contra usted no se compara con toda su vida de ofensas a Dios, ¡y todos los días él nos perdona! (Mateo 18). La definición original del perdón en realidad significa que usted suelta o libera a alguien. Mientras permanezca amargado e implacable, usted está atado a esa persona con nudos emocionales. El desatarse incluye una liberación consciente y deliberada de quien lo ofendió mediante un acto de perdón. Una parte importante, aunque difícil, de liberar a alguien es renunciar a la expectativa de que la persona vea por fin el error de su conducta y tome la iniciativa de arreglar con usted el asunto. Esté dispuesto a perdonar sin esperar ver una reacción recíproca desea naturaleza por parte de la otra persona.


5. Busque perlas en la ofensa. Usted puede vencer el enojo al buscar las “perlas escondidas” en la ofensa cometida contra usted. Algo bueno puede salir de cualquier situación si usted lo busca. Busque lo bueno, y puede estar agradecido por eso. La gratitud y el enojo no pueden coexistir. Este es otro paso que puede vaciar muchísimo enojo de repente. Es otra decisión que puede tomar en cuanto a cómo reaccionar ante la ofensa, el temor o la frustración.


6. Describa sus sentimientos por escrito. Otro paso útil en la solución del enojo es expresar por escrito lo que se siente en forma de carta a la persona que lo ofendió a usted. No digo que tenga que enviar la carta, no lo haga porque por lo general el que ofendió reacciona en mala forma y aumenta la ofensa. Pero cuando usted expone sus ofensas, frustraciones y temores, es casi como si su enojo se escurriera a través de la tinta de la pluma. Tal vez no sienta de inmediato el efecto, pero puede sentirlo con el tiempo. ¿Qué puede escribir usted?
a) Aclare lo que perdió o se le negó
b) Describa lo que causó su dolor y lo llevó a enojarse
c) Hable acerca de los sentimientos resultantes
d) Exprese su deseo de poner eso a un lado y vivir más allá de su enojo
e) Diga que desea conocer la libertad que resulta del perdón
f) Declare cómo le gustaría que respondiera quien lo ofendió


7. Extiéndale la mano a quien lo ofendió. Este último paso en la solución del enojo pudiera ser el más difícil. Eso no ocurre de forma natural, y requiere un gran acto de voluntad, por no mencionar un alto grado de madurez y de amor. Pero cuando usted puede hacerlo, eso lo libera de muchísimo enojo. ¿Qué implica esto? Buscar algún modo de contribuir a la sanidad de la persona que lo ofendió. Sospecho que eso parece imposible, pero he visto los beneficios para quienes puedan alcanzar ese punto. Quizá nunca pueda hacerlo. No estoy diciendo que daba hacerlo, sino que si usted puede llegar al punto de tener alguna compasión por alguna persona debido al dolor por que también ella está pasando, eso puede proporcionarle un gran alivio. Garantizado: Esa persona está herida, enferma y necesitada de sanidad. He tratado de hacer eso mismo por las personas que me han ofendido. Ha resultado muy emotivo y he podido sentir cómo el enojo se aleja. Sé que eso no será fácil para nadie. Nunca es fácil extenderles la mano de forma amorosa a quienes nos han ofendido.

Oración: Señor ayúdame a sanar mis heridas, mi dolor, mi frustración. Permíteme experimentar la libertad del enojo que me mantiene amargado. No permitas que ese enojo se arraigue en mi corazón. Ayúdame a definir la ofensa, déjame expresar el dolor, muéstrame cómo comprender a quien me ofendió, guíame en la liberación de mi ofensor, abre mis ojos para encontrar las perlas en la ofensa, déjame expresar por escrito mis sentimientos, dame de tu amor para tender mi mano a quien me ofendió. Gracias porque sé que no estoy solo en esto, Tú estás conmigo. Amén.

Experimentando a Dios en mi vida: es fácil ver y criticar las explosiones de enojo en otras personas, y a veces no identificamos que también somos presa del enojo y de reacciones muy desagradables. Mi hermoso Señor me ha permitido ver en mi mismo mis reacciones y comprender que necesito liberarme de mi enojo y de liberar a quienes me han ofendido… GRACIAS POR SER TAN ESPECIAL… CADA DÍA TE AMO MÁS!!!