miércoles, 29 de julio de 2009

¡¡¡Libre!!!


La Biblia nos enseña que Dios nos ha hecho libres. Hay un cántico viejo que dice: Libre, tú me hiciste libre, libre del pecado y de las cadenas que ataban mi vida y mi corazón. Pero, por qué hay tanta gente viviendo como si estuviesen atados aún… somos como el elefante que está habituado a estar atado porque desde pequeño estuvo atado, que después de crecer y tener fuerza suficiente para romper su atadura sigue creyendo que no puede romper esa pequeña cuerda que lo ata de su pata.
Hay un pasaje bíblico que dice: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17) En ocasiones me detengo a observar a las personas y muchas veces su lenguaje corporal (sus movimientos al andar, hablar o hacer cualquier cosa) indica que se mueven como si tuvieran un gran peso encima, y recuerdo la ilustración del elefante atado. Y en realidad hay razones para sentirse de esa manera porque, pienso yo, que lo más triste es estar libres pero seguir viviendo en una celda atado de una cadena invisible… Así viven muchos cristianos, o mejor dicho vivimos, pero es porque nos empeñamos es estar atados al dolor, a la tristeza, al desánimo, a una vida sin color, ni sabor, ni mucho menos alegrías.
De verdad que debería darnos vergüenza con el Señor, Él ha hecho todo lo posible y lo imposible para hacernos libres pero nosotros escogemos la esclavitud. Hasta hace poco me sentí de esa manera, nada me animaba y vivía pensando más en mis problemas que no me daba cuenta que estaba llevando una pesada carga sobre mis hombros y corazón que no me correspondía llevar.
Me la pasaba quejándome, casi diciendo “pobre de mí” pero leyendo la Escritura, Dios me habló en este corto pasaje de 2 Corintios 3:17, y también Dios me habló a través de alguien que conozco y que a pesar de los muchos problemas y verdaderas dificultades que enfrenta en su vida la vi cantando con un gozo y una paz que no había visto antes. Pensé, si esta persona tiene esta actitud entonces es porque se siente verdaderamente libre.
Esta persona hizo suya las palabras del Señor que dice en Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Y esas dos cosas me hicieron pensar en que ya Dios nos hizo libres, pero ser verdaderamente libres es una decisión personal y fue entonces que me dije a mi mismo: “Decido ser libre de cualquier cosa que me desanime y me haga sentir mal” y desde ese mismo momento siento una paz indescriptible… ese alivio que se siente cuando nos quitan un gran peso de encima.
Pienso en Jesús con sus brazos abiertos diciéndome a cada instante: “No lleves esa carga hijo amado, tú no puedes con ella, déjame a mí llevarla por ti” y ahora cada cosa que se convierte en una carga para mí, solamente la deposito en los brazos del Señor y así mi corazón es libre para ocuparme de las cosas que Dios quiere que haga y que muchas veces no hacemos simplemente porque estamos demasiados ocupados en nosotros mismos y en nuestra esclavitud.
Dios nos ha hecho libres de nuestra pasada manera de vivir, de nuestros pecados, de la muerte. ¡¡¡Vivamos como gente realmente liberada por el poder de Dios… seamos libres!!!

Oración: Señor, gracias por abrirme los ojos y hacerme entender que soy libre. Porque siendo libre vivía esclavo de mi dolor y angustias, pero ahora que me has hecho entender que debo apropiarme de la libertad que ya poseo, permíteme serte útil en todo lo que me pidas. Amén.


Experimentando a Dios en mi vida: Dios lleva nuestras cargas para que podamos actuar en su obra, para que realmente gocemos de la vida abundante que Él nos ha otorgado. Estoy agradecido de que Él me hablé a través de su Palabra escrita y a través de otras personas y éstas no saben que son instrumentos de Dios. GRACIAS POR ESTAR TAN PENDIENTE DE MÍ… TE AMO CADA DÍA MÁS!!!