lunes, 22 de junio de 2009

¿Qué estamos esperando?


Me ha impactado, recientemente, el ver que hay personas que tienen urgencias en sus vidas pero no tienen tiempo para solucionarlas. He visto a muchas personas decirme recientemente, pastor necesito hablar con usted por un problema muy grave que tengo y es urgente que pueda ver qué puedo hacer. Yo les respondo: ¿Cuándo quieres que hablemos? ¿Ahora? Y para mi sorpresa, todos han respondido de la misma manera: Esta semana no puedo, veré la próxima a ver cuando nos reunimos. Yo me pregunto: ¿Qué estamos esperando?
Estamos en una era que todo se quiere rápido. La comida (mmmm…. Me encanta la comida rápida) los negocios, las comunicaciones, en general todo que sea rápido. Pero cuando se trata de buscar la ayuda de Dios o a Dios mismo, entonces déjeme revisar mi agenda a ver cuando tengo tiempo.
Suena cómico, pero qué queremos en realidad. Hay millones de personas en el mundo destinadas a la perdición eterna porque no tenemos un espacio en nuestras agendas para hablar acerca de Jesús. Hay miles de iglesias frías porque no hay tiempo para dejar que el Señor las guíe y perdemos mucho tiempo peleando entre nosotros mismo en banalidades que en realidad a Dios no le importan.
El Señor en su palabra dijo: Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo (Eclesiastés 3:1) pero pareciera que los cristianos de hoy prefieren decir: “Para las cosas de Dios, no hay tiempo”, y lo peor es que aun para arreglar sus propias vidas lo posponen tanto que cuando ya quieren actuar, a veces, es demasiado tarde. Muchas veces esto es por el miedo a darle prioridad al consejo de Dios y siempre estamos como esperando a que las cosas se arreglen por si solas.
Mucho más que creer en Dios, hoy día es necesario creerle a Dios. Hay que creerle cuando nos dice que todo tiene su tiempo, que no nos preocupemos, que todo lo que queramos es posible si confiamos en Cristo que nos fortalece, que no estamos solos porque Él nos lleva sostenidos de nuestra mano derecha, que todo lo que le pidamos a Él en su nombre Él nos lo dará.
Busquemos a Dios cada día, en oración, en alabanza, en su palabra, en las cosas más sencillas y elementales de nuestro diario vivir y entonces nos daremos cuenta que Él quiere ayudarnos, que solo debemos agregarlo a nuestra agenda diaria y nuestra vida dará un giro de 180 grados.

Oración: Señor, que tienes tiempo de sobra para nosotros, permítenos darnos cuenta que tu estas pendiente de nosotros hasta de las cosas más pequeñas que podemos imaginarnos. Gracias por tu tiempo, eres maravilloso. Que pueda yo, incluirte en mi agenda diaria y me permitas conocerte cada día un poco más. Amén.

Experimentando a Dios en mi vida: Cuando Dios nos dijo que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, sabía lo que decía (que raro, jejeje) porque si no nos amamos a nosotros mismo cómo podremos hacerlo con otros. Creo que el poco tiempo que muchos dedican para hablar y conocer a Dios y buscar su dirección en medio de los problemas habla de lo poco que se aman a sí mismos. He podido observar que mientras más tiempo le dedico a Él, más me conozco y me amo a mismo y más puedo amar a mi prójimo, Él me ha enseñado eso. GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE CERCA DE MÍ… TE AMO!!!